9 de julio de 2019

MAQUINA DESCOMPUESTA


Desde ayer me siento rota; el pecho me arde y siento el corazón fraccionado. Me aguanto las ganas de llorar.
No quiero hacer nada y, si algo se me asigna, intento terminar lo más pronto posible para regresar a mi cama, a dormir o ponerme en modo vegetativo.
No se que hacer con esto. Intente refugiarme en el alma que por ahora me acompaña. No pude evitar pensar que fue un fracaso. ¿Cómo explico que me siento realmente devastada sin tener que dar una razón convincente?
 Pareciera que uno no puede “merecer” sentirse mal y ser apoyado si no puedes dar los argumentos que justifiquen la magnitud de tu tristeza. Perdóname mundo, no los tengo.
Quizá vine aquí con defecto de fabrica. No tengo ni idea de cual es la fuente de mi tristeza, de mi desesperación.
Necesito llorar mil años. Quizá asi desaparecería un poco esa melancolía.

Es que hijos de su puta madre, ¿por qué no puedo ser normal?¿Realmente se trata de mi mente, que es demasiado débil?
¿Hasta cuando me sentiré bien? ¿el día que deje que quejarme por ello? No, no me quejo; me expreso. ¿Y qué culpa tengo yo de sentirme de esta manera?
Puedo ser una maquina rota; de esas para las que no existe una pieza que embone y vuelva a funcionar.